Cuando la Poesia muere un poquito.

La semana pasada falleció el mejor poeta que he conocido en vida.
No creo que a nadie le haya importado, salvo a los pocos amigos que tuvo en los últimos años.

Gardelito, un ex boxeador que termino en la calle luego de que su mujer lo abandonara para irse con un abogado, aparecía de tanto en tanto por el mercado central buscando algún trabajito con que juntar pesos para comer y salvar el día. Si alcanzaba para comer un pan con arrollado, era feliz.

Siempre recuerdo cuando le pregunte como hacia para soportar las frías noches de invierno bajo los puentes del Mapocho, - Me meto diario entre el cuerpo y la ropa, mijito, y me envuelvo en mas diario-. Entonces, todas las tardes, buscaba entre los basureros cuanto diario podía encontrar.

Siempre estaba contento, nunca escuche que se quejara ni lo vi pidiendo. Tampoco aceptaba. -Uno es pobre pero digno mijito-, decía. y se largaba a reír con su irregular hilera de dientes amarillos. La risa mas sincera que puedan imaginar.

A veces, le daba por escribir. Anotaba en tiras de papel de diario o en la mano, para que no se le olvidara. Hablaba de sus recuerdos, del amor que tanto lo hirió y que casi hace que se le seque el corazón.

El año pasado se enfermo. Una pulmonía. Sus amigos le obligaron a salir de la calle y le consiguieron un albergue donde podía escribir cuanto quisiera. Y salir a pasear y volver según le placiese. Pero al parecer nos demoramos demasiado, pues no alcanzo a durar siquiera un año mas.

Trate de componer alguna cosa, para honrar su partida. Pero no pude. Nada que lo mereciese. Mejor transcribo aquí unas pocas lineas de su autoría.

Un amigo pordiosero
Fuera del palacio de la monedita
Se rio de tanta caquita
Que en la calle habia tirada
No te cause gracia le dije
Pues Sodoma tambien llena de mierda
No duro mucho ante la colera Divina
Y nobles mercaderes plebeyos e indigentes
Terminaron arrasados o convertidos en
Estatuas de sal.

Un abrazo Gardelito...